LA DINÁMICA RELACIONAL DE LOS EQUIPOS

Necesitamos aprender nuevas maneras de gestionar los equipos, no basta con tener herramientas de intervención, necesitamos algo más poderoso que abra un nuevo entender de la dinámica relacional de los equipos.

¿Tenemos un entendimiento más profundo de los cambios que se producen en los equipos de trabajo? Hasta ahora sabemos que los equipos poseen una dinámica de entendimiento entre sus miembros, que deben trabajar colaborativamente, que una visión y responsabilidad compartida son necesarias para generar coordinaciones más efectivas y que la comunicación sea fluida para que posea menos distorsiones en el quehacer del proceso de trabajo.

Esto puede ser esclarecedor y lleva tiempo para que se logre con una gestión de acompañamiento y generando los espacios necesarios para que estas condiciones sean parte de la manera de funcionar de los equipos. Sin embargo es necesario mirar lo fundamental que tiene lugar en la acción concreta, tanto de la individualidad como de la fenomenología colectiva de un equipo, me estoy refiriendo a la manera particular de la coordinación de coordinación de haceres y emocionalidades transparentes del convivir. Esto determina ciertas emocionalidades que son casi permanentes y que identifican a un equipo y con el tiempo definen características colectivas que al sostenerse se convierten en hábitos emocionales que determinan la efectividad o inefectividad de los equipos.

Para poder mirar más en detalle este fenómeno, podemos prestar atención a los equipos de futbol, El Real Madrid merece una opinión muy diferente al Seleccionado de Argentina. En Rugby, quien sea conocedor, puede mirar a los Pumas y a los Oll Blacks. Ahora más allá de emitir solo una opinión, ¿Qué emocionalidad caracteriza a cada uno de estos equipos?

Un gerente que tiene varios equipos a su cargo puede observar este fenómeno, tendrá un equipo entusiasta, otro equipo que está resignado, otro que posee formas más bruscas en su accionar, en otras palabras desde el enojo, otro de sus equipos puede ser ambicioso, etc. Una profesora que tiene varias clases en una institución educativa, entra al aula y nota que en cada curso existe una particular emocionalidad característica de ese grupo de alumnos.

Entrenarnos en estas formas de observar y de saber intervenir en estos fenómenos emocionales nos aporta de manera considerable a la hora de saber qué trabajar con los equipos, no solo las problemáticas emergentes, sino, también los fenómenos a los que ellos ni siquiera pueden ver dado que son ellos parte de un sistema al cual pertenecen y conviven.

Los coaches que se atrevan a trabajar éstas particulares dinámicas les otorgarán a las empresas transformaciones favorables, dado que cuando un equipo se caracteriza por habitar en la soberbia se podrá trabajar en este factor para introducir maneras de disolver ese hábito, y luego regenerar otras emocionalidades que permitan la humildad y la colaboración. En los casos de equipos que son entusiastas, se hará un trabajo de fortalecimiento de la emocionalidad característica de ese equipo.  Los coaches tenemos que reconocer que trabajamos con personas y conjuntos de ellas, en un sistema dado (organizaciones), para un cambio profundo en la cultura organizacional, sabiendo que todo proceso transformacional siempre implica conservación, solo la conservación hace que la transformación sea posible.

MCOP Martín Pardo